Los seres humanos nos distinguimos por tener la capacidad del habla, habilidad que se va fortaleciendo con el paso de los años, de un pequeño ser que pasa del balbuceo a decir mama, papa, quiero esto o aquello.
A diferencia del solo poder pronunciar el lenguaje, la comunicación no viene de manera automática, porque no únicamente implica la expresión de un mensaje sino también su entendimiento; y para lograrlo debemos tener no solo la capacidad de expresar sino de escuchar.
Algo básico e indispensable para esto es fomentar desde temprana edad la comunicación en familia, aunque no es algo sencillo sobre todo cuando se tienen hijos pequeños o adolescentes; ya que los primeros pasan por una etapa en donde aun están forjando conductas y carácter; y los últimos la comunicación entre padres e hijos.
No debemos perder de vista que la comunicación sirve para fortalecer los vínculos de amor entre los miembros de la familia. Todos los padres necesitamos tener una buena relación de confianza, comunicación y respeto con nuestros hijos, y debemos tener mucho feeling para detectar cuando ellos necesitan un espacio, porque la misma etapa por la cual están pasando se los exige, eso si… estar siempre alertas para estar presentes cuando nos necesiten porque es probable que no sean capaces de comunicarlo.
Existen ciertos mecanismos que pueden ayudarnos a que la comunicación en familia sea más sencilla.
- Cuando hables con tus hijos asegúrate de que sea de manera positiva, no los juzgues o recrimines a la primera, escúchalos, entiéndelos y aconséjalos.
- Bríndales la confianza necesaria para que quieran acercarse a ti y puedan hablar contigo de cualquier tema sin miedo, recuerda es mejor que obtengan información dentro del núcleo familiar que fuera de el.
- Haz los participes de decisiones familiares, que opinen, que intervengan, esto los hará responsables de los compromisos que pueda llegar a tomar.
- Obedece a la regla “De que todo lo que se dice se cumple”. Estoy segura que esto te ayudara en la gran tarea de ser padres.