La Asamblea General designo el 21 de marzo como el dia mundial de síndrome de Down para unificar lucha contra esa enfermedad
Este síndrome afecta a todas las razas y niveles económicos por igual, se calcula que aproximadamente uno de cada 1,000 bebes nace con este trastorno.
Se caracteriza por una inteligencia subnormal que se define como un CI o Cociente Intelectual de 70 o menos, que impide que la persona aprenda correctamente. Esta manifestación en ocasiones se empieza a notar cuando los niños acuden a la escuela, sin embargo desde que nacen presentan algunos rasgos físicos que los caracterizan.
El origen de la enfermedad es totalmente genético y no se conocen las causas, empieza cuando se fusionan el óvulo con el espermatozoide. Normalmente cada una de las células sexuales contienen 46 cromosomas, pero hay ocasiones, en que sin saber la causa, aparece un cromosoma extra en cada célula, el conocido como cromosoma 21, que da origen al Síndrome de Down.
La mayoría de los niños, niñas o adultos que padecen el Síndrome de Down, pueden presentar algunos o varios de los signos y síntomas que los caracterizan, como:
– Ojos rasgados y sesgados hacia arriba.
– Nariz con el puente nasal plano.
– Oídos pequeños y un poco doblados.
– Su boca puede ser pequeña, haciendo que la lengua aparezca grande.
– Manos pequeñas, con dedos cortos.
– Baja estatura.
El tratamiento de niños y niñas con Síndrome de Down depende del nivel de daño que tenga cada uno y en todos los casos se requiere de atención especial, sin embargo debe ser integral y abarcar tanto los aspectos físicos, como los sicológicos, educativos y emocionales.
La fisioterapia y otras terapias como la danza, el arte y la música, que los proveen de mayores medios de expresión y ayudan a mejorar su conducta y habilidades motrices son muy útiles en su tratamiento.
La terapia familiar es un aspecto muy importante, la aceptación del niño o niña con Síndrome de Down y el adecuado manejo de sentimientos y emociones, son factores que ayudan enormemente a mejorar la educación y calidad de vida.
Es importante incorporarlos a la sociedad y dejar que participen en todas las actividades familiares y sociales en la medida de sus posibilidades, alabando sus éxitos y haciéndolos sentir útiles.