En la etapa del noviazgo todo es bonito porque cada uno está atento y presente en la relación, pero cuando comienza la convivencia la unión pierde su encanto, cada uno está planchando, recogiendo, ordenando, cocinando, lavando, realizando todo tipo de tareas.
Afortunadamente, hay muchos juegos y técnicas para aprender a reconocerse y reconocer al otro, lo cual permite una comunicación más real, profunda y estable, auténtica”,
Masajes, caricias, soplidos, besos, pellizcos, susurros, frutas, gotitas de esencia, una pizca de chocolate, música sensual, un aire cálido, la luz de una vela.
Las manos es una zona que nos ayuda a comunicarnos con nuestra pareja, hay que tomar sus manos, tocarlas, observarlas, sentirlas, explorarlas a nivel superficial y más profundo. Investigarlas por completo: desde su piel y uñas, hasta sus huesos, músculos y articulaciones.
Debemos darnos tiempo de sentir y ver cual es la reacción de esa otra personas a esos estimulos.
Este juego nos une mucho al otro y nos hace conocerlo mejor. Incluso nos permite descubrir aspectos insospechados, que antes no percibíamos de esa persona, como la sensibilidad, el temor o la cercanía o lejanía de nuestra pareja.
Se afirma que el efecto de despertador sensitivo es aún mayor si compartimos la exploración y estimulación con nuestra propia pareja.
Por lo cual cada miembro de la pareja juega a despertar los sentidos del otro, investigar y aprender a conocer el cuerpo ajeno, sin hablar, sin lenguaje verbal, para estar en lo que se está.
El juego Sensitivo es muy interesante y estimulante para dos personas que se aman y quieren mantener viva su relación, consiste en buscar durante una hora elementos que le estimulen los sentidos, y primero, probarlos en uno mismo para ver sus efectos.
Esto es que cada persona busque y descubra su particular forma de estimular con cosas agradables: un guante de seda, un cubito de hielo, un pétalo, un cepillo o cualquier elemento que lleve a la sensualidad y permita jugar.
Después, hay que aplicar los estímulos elegidos al compañero de juego, quien se abrirá a la experiencia y dejará hacer y sentir. Así, su cuerpo quedará envuelto en la sensación y en el sentir.
También es positivo jugar con los contrastes, tocar al otro con nuestras manos para que sienta su calor, después meterlas en agua y recorrer su cuerpo con nuestros dedos, ahora fríos.
Otros contraste que se pueden hacerle sentir a la otra persona son suave/áspero, duro/blando, dulce/salado, sonido/silencio.