El jardín de nuestras casas es un área que muchas veces no es utilizado como siempre queremos.
Para poder crear esta área de la casa como un espacio de confort debemos comenzar con una iluminación adecuada.
Iluminar la zona con arquitectura, por ejemplo un patio o terraza, huiremos de los focos potentes y usaremos una iluminación mediante fuentes de luz de potencia media que se integren en la arquitectura como arbotantes, colgantes.
Un foco en la lejanía del jardín situado estratégicamente nos ofrecerá un bonito contraste entre la obscuridad de la noche y la luz que inunda el patio.
Para iluminar una arquitectura en general evitaremos colocar focos en la pared, ya que proyectaran unas sombras que afectaran la arquitectura.
La mejor solución es colocar distintos focos lejanos de forma que unos anulen las sombras de otros, evitando siempre que deslumbren a las personas que se encuentren en el interior de las casas mirando hacia el jardín.
Merece especial atención la iluminación de piscinas o espacios que contengan agua, como fuentes y pequeños estanques o espejos de agua.
Podemos iluminar el agua mediante focos sumergibles, una solución específica para las piscinas. En el caso de agua en movimiento, si esta recibe la luz desde arriba producirá un atractivo centello en la superficie.
Las posibilidades decorativas de la luz en exteriores y jardines son muchas, y solo experimentando con ellas aprenderemos a aprovecharlas.