Según los expertos el amor se explican como la reacción del cerebro ante ciertos estímulos químicos, según los últimos estudios se ha llegado a la conclusión de que en nuestro cerebro ocurren procesos químicos que son los causantes del amor y de la pasión. Según los especialistas analizaron las implicaciones neurológicas del amor, este sentimiento dura máximo cuatro años y se caracteriza por ser un “estado demencial temporal”, y pasado este tiempo el cerebro vuelve a la “normalidad”.
Esta visión tan poco romántica del amor contradice la realidad de muchas parejas o la nuestra propia. Dejar fuera el amor y minimizarlo o contradice la realidad de nuestros sentimientos. Los ejemplos son múltiples, vemos a nuestro alrededor experiencias maravillosas de amor y de entrega, a veces en nuestros padres o familiares, en amigos o en nosotros mismos.
No podemos contradecir los resultados de los estudios realizados sin embargo, sí podemos pensar que no todo se reduce a procesos neuroquímicos, sino que hay algo más que no se puede medir ni cuantificar.
Sabemos que el amor es un proceso que se desarrolla con el tiempo y por lo tanto sufre todo tipo de transformaciones es imposible ponerle fecha de caducidad o negar su permanencia resulta demasiado simplista, además es indudablemente necesario cuidarlo y mimarlo.
Los terapeutas de parejas, afirman que “existe el amor construido y trabajado día a día, sostenido en cosas pequeñas, en apariencia imperceptibles, pero que constituyen la base del amor.
La realidad de la vida contradice en demasiadas ocasiones el optimismo de la relación amorosa, además también podemos idealizarlo y sentirnos enamorados del amor. Pero por lo pronto nuestro consejo es: admírate de lo que sientes por él, siéntete privilegiada de estar a su lado y da siempre las gracias por poder compartir este sentimiento, aunque de vez en cuando te toque sufrir.
La estadística señala que el llamado “divorcio exprés”, al que las parejas pueden recurrir desde hace dos años para romper su matrimonio en tiempo récord, ha reforzado la tendencia al alza en el número de disoluciones matrimoniales.
El amor debe distinguirse del apego y del atractivo sexual, porque el enamoramiento activa sustancias químicas en el cerebro que ocupan todas las neuronas y no se puede sino pensar en el ser amado.
Se determino que cuando un individuo se enamora “se accionan las zonas que controlan emociones, como el tálamo, la amígdala, el hipotálamo, el hipocampo, el giro simulado y las partes del sistema límbico”.
Este estado físico químico también acaba, “Suele durar un máximo de cuatro años o hasta que aparece otro ser que despierta esa pasión romántica, y sólo pervive el apego o la compañía hacia una persona”