Normalmente los papas utilizamos siempre estas frases: Te vas a caer!Ten cuidado!, Que ya te dije que no te alejes de mí!, Ya te dije que no lo dejes que ande sin zapatos…y aún más… podemos escuchar y escucharnos diciendo una y mil frases a las y los pequeños para que éstos: estén sanos siempre, jamás se lastimen y por tanto jamás sufran o se sientan necesitados de nuestra ausencia y sí, son incluso los padres ahora los que se encuentran participando de esta angustia y sintiendo un poco más lo que antes era exclusivamente de la mujer.
La ansiedad ante el cuidado y educación, una compañera silenciosa y certera. Ésta se presente de muchas maneras, formas, tamaños y colores, sin embargo aquí algunas de las formas más comunes y que quizás nos son familiares porque se han vivido directa o indirectamente.
– Adelantarse a las necesidades, es decir, se escucha poco al niño y se asume que como adulto se tiene siempre la razón. Ej. Estornudó… reacción: de seguro ya te resfriaste, tómate esto y aquello y ponte el sweater, quitándole la oportunidad a la niña/o de que exprese realmente lo que sintió.
– Menospreciar sus intenciones de autonomía: es decir con cada conducta que muestra la niña/o para ser independiente y autónomo el adulto se contrapone expresando: no puedes porque eres más pequeño, no puedes porque te pones en peligro, no puedes porque así no son las cosas…. ante lo que el niño/a se siente limitado y generando en él –de ser reiterativo–la sensación de inseguridad ante él mismo y el mundo.
– Saturarlo/a de vitaminas, medicamentos y vistas al médico así como una minuciosa elección de la alimentación que deberá seguir incluso cuando no se le está “vigilando”. Ej. La escuela, las áreas de recreación etc…
– Hacer atribuciones con respecto a sus sentimientos y conductas a pesar de que ella/el se está tratando de dar a escuchar y entender…
La sobreprotección que se genera a raíz de esta ansiedad es una forma de agresión, y de forma reiterativa se convierte en una forma de violencia ya que el mensaje implícito que llega a la niña/o —aunque pocas veces claro para el adulto– es: Sin mí es difícil que existas tú…
Estos padres siempre verán a sus hijos para pequeños e indefensos aunque estos ya sean adolecentes o adultos.
Las razones principales por la cuales los padres son sobreprotectores son:
1.- No saben establecer reglas ni limites a los niños
2.- No aplican sanciones sobre reglas no cumplidas
3.- No corrigen una mala acción
4.- Se enfocan en corregir los daños ocasionados por la mala conducta
5.- Se anticipan a las necesidades y deseos como comprarles algo que no han pedido
6.- Resolver los conflictos en los que el niño se involucra
Las consecuencias de toda esta sobreprotección son varias y algunas lamentable, el niños crece teniendo problemas para relacionarse con todos, no reconocer figuras de autoridad empezando por sus padres y continuando con maestros o alguien que intente orientar, su actitudes son egocéntricas en extremo y buscan que todos a su alrededor satisfaga sus necesidades, dependen mucho de sus padres quienes no importando su edad siguen satisfaciendo cualquier necesidad del “pequeño” y lo más lamentable es que los hijos sobreprotegidos se vuelven agresivos con sus padres, y los atacan, humillan, maltratan, golpean, abandonan, se burlan de ellos y hasta les roban
Por lo tanto si has detectado algún rasgo de conducta sobreprotectora, renuncia a ella y si no puedes tu solo, busca ayuda profesional.
Fuente : Zonaismem