TDAH es la sigla con la que se conoce el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Anteriormente, el TDAH se denominaba trastorno por déficit de atención, o TDA. En el año 1994, se le puso el nombre de TDAH. El término TDA aún se utiliza, para describir un tipo de trastorno que no incluye hiperactividad.
El TDAH es un trastorno médico que afecta la capacidad de una persona para sentarse quieta, concentrarse y prestar atención. Las partes del cerebro que controlan la atención y la actividad presentan algunas diferencias en las personas que sufren de TDAH. Esto significa que probablemente presenten problemas para concentrarse en algunas tareas y temas, o que parezcan sobreexcitadas, que actúen de manera impulsiva y se metan en problemas.
Aunque el TDAH comienza en la infancia, en ocasiones no se diagnostica hasta la adolescencia; y en algunos casos, recién se diagnostica cuando la persona es adulta.
Algunos de los indicadores de TDAH son los siguientes:
- dificultad para prestar atención o mantener la concentración en una tarea o actividad,
- problemas para finalizar las tareas en la escuela o en el hogar, y tendencia a saltar de una actividad a otra,
- problemas para concentrarse en las instrucciones y dificultades para seguirlas,
- perder u olvidarse de las cosas; por ejemplo, de la tarea,
- distraerse con facilidad, aun cuando se está haciendo algo entretenido,
- problemas para prestar atención a los detalles o cometer errores por descuido,
- problemas para organizar tareas y actividades,
- dificultad para esperar turno,
- interrumpir o molestar a otras personas,
- responder impulsivamente antes de terminar de escuchar las preguntas que se les formulan,
- juguetear con las manos o los pies, o moverse cuando están sentados,
- estar inquieto,
- hablar demasiado o tener problemas para realizar actividades en silencio.
Cuando los problemas más serios se relacionan con la atención, la concentración y la organización (en otras palabras, cuando una persona no presenta signos de hiperactividad), los médicos utilizan el término “TDA”. Cuando los problemas incluyen el movimiento constante, la interrupción y las respuestas impulsivas, se trata de TDAH.
Por supuesto, es normal dormirse como un tronco en una clase aburrida, saltar de un tema a otro en una conversación u olvidar la tarea en la mesa de la cocina cada tanto. Pero a las personas que sufren de TDAH les cuesta tanto concentrarse y controlar su comportamiento que sus emociones y su desempeño en la escuela y en otros aspectos de su vida se ven afectados. De hecho, el TDAH suele considerarse un trastorno del aprendizaje porque puede interferir mucho en la capacidad de una persona para estudiar y aprender.
En ocasiones, los síntomas del TDAH se vuelven menos graves a medida que la persona crece. Por ejemplo, los expertos creen que es probable que el aspecto hiperactivo del trastorno disminuya con la edad, aunque los problemas con la organización y la atención suelen perdurar. Si bien algunas personas “superan” los síntomas, más de la mitad de todos los niños con TDAH continúan mostrando indicios del trastorno en la juventud.
Los médicos e investigadores aún no están totalmente seguros de por qué algunas personas sufren de TDAH. Las investigaciones demuestran que el TDAH es probablemente genético y que, en algunos casos, se hereda. Los científicos también están analizando otros elementos que podrían estar ligados al TDAH. Por ejemplo, es posible que el TDAH sea más común en niños prematuros. También es más común en los niños que en las niñas.
Los médicos saben que el TDAH es provocado por cambios en las sustancias químicas del cerebro denominadasneurotransmisores. Estas sustancias químicas contribuyen a la transmisión de mensajes entre las células nerviosas del cerebro. El neurotransmisor llamado “dopamina”, por ejemplo, estimula los centros de atención del cerebro. Por lo tanto, es probable que si una persona tiene bajas cantidades de esta sustancia química, muestre síntomas de TDAH.
El TDAH afecta hasta a un 8% de la población. Por lo tanto, si en tu grado de la escuela hay 100 niños, hasta ocho de ellos pueden sufrir de TDAH.
Dado que no existe una cura para el TDAH, los médicos ayudan a los pacientes a manejar los síntomas de un modo más eficaz. Debido a que algunas personas tienen más problemas con el aspecto de la atención de esta afección, mientras que otras presentan más problemas con el aspecto de la actividad, los médicos adaptan su tratamiento a los síntomas de cada paciente. Esto significa que cada persona con TDAH puede recibir un tratamiento diferente.
Los médicos suelen seguir lo que se denomina un enfoque multimodal para tratar el TDAH. Esto significa que utilizan varios métodos de tratamiento para un paciente, tales como medicación, terapia familiar e individual, y cambios en la escuela para abordar estilos de aprendizaje particulares.
Algunos medicamentos ayudan a las personas con TDAH porque mejoran su atención y concentración, y reducen la impulsividad y la hiperactividad que se asocia con el TDAH. Las personas que sufren de TDAH solían tomar medicamentos varias veces al día, pero actualmente, existen varios medicamentos que se pueden tomar una vez al día, por la mañana. Los científicos trabajan de manera constante para desarrollar nuevos medicamentos para este trastorno. Puedes conversar sobre las opciones de tratamiento con tu médico, pero sigue siempre las instrucciones del médico sobre dosificación. Si has estado tomando medicinas para el TDAH desde niño, es probable que tu médico realice ajustes en tu medicación de acuerdo con los cambios en tus síntomas a medida que creces.
La terapia familiar ayuda a tratar el TDAH porque mantiene a los padres informados y les muestra maneras de trabajar con sus hijos para ayudarlos. La terapia familiar también ayuda a mejorar la comunicación dentro de la familia y a resolver problemas que surgen entre los adolescentes y sus padres en el hogar. La terapia individual ayuda a los adolescentes con TDAH a comprender mejor su comportamiento y a aprender técnicas para salir adelante. En ocasiones, la terapia grupal ?en la que muchos adolescentes con TDAH trabajan juntos en un grupo? ayuda a aprender técnicas para sobrellevar el trastorno y a aprender a llevarse mejor con otros, si esto ha sido un problema.
Las escuelas también participan para ayudar a las personas con TDAH. Las escuelas pueden realizar cambios que les permitirán a los estudiantes con TDAH aprender de un modo que se adapte mejor a sus necesidades. La escuela ayudará a desarrollar un plan adecuado para cada adolescente.
Las personas que sufren del TDAH también pueden presentar otros problemas, como depresión, ansiedad o dificultades en el aprendizaje (como la dislexia), que requieren tratamiento. También pueden presentar un mayor riesgo de fumar o utilizar drogas, en especial si el TDAH no recibe un tratamiento adecuado. Es por eso que el diagnóstico y el tratamiento adecuados son cruciales para mejorar la vida de las personas con TDAH.
La mayoría de los adolescentes con TDAH son diagnosticados de niños, pero algunas personas no son diagnosticadas hasta llegar a la adolescencia o incluso a etapas posteriores de la vida. Es normal sentirse abrumado, asustado o hasta enojado con un diagnóstico de TDAH. Éste es uno de los aspectos en los que la terapia puede ayudarte. Hablar de estos sentimientos y enfrentarlos suele simplificar el proceso.
Si tienes TDAH, es posible que no te des cuenta de que te estás comportando de una manera diferente a la de los demás; simplemente, haces lo que te surge naturalmente. En algunos casos, esto puede provocar problemas con personas que no comprenden o no conocen tu afección. Por ejemplo, es posible que digas lo que piensas frente a alguien y que sientas que has ofendido o escandalizado a esa persona. Tal vez no comprendas por qué la gente se enoja contigo.
Aprender todo lo posible acerca de tu afección puede ser de gran ayuda. Cuanto más comprendas, más participación podrás tener en tu propio tratamiento. A continuación verás algunas de las cosas que puedes hacer en la escuela o en tu relación con otras personas:
- Siéntate en el frente de la clase para limitar las distracciones.
- Apaga el programa de correo electrónico, el de mensajes instantáneos y tu teléfono cuando estés realizando tu tarea u otra actividad que requiera de toda tu atención. Esto te ayudará a evitar las distracciones.
- Habla abiertamente con tu maestra acerca de tu trastorno y trabaja con ella para asegurarte de estar aprendiendo de una manera que te sea útil. Por ejemplo, algunas escuelas permiten que quienes padecen TADH tengan más tiempo para realizar las pruebas. Algunos adolescentes pueden verse favorecidos con clases con un menor número de alumnos o con tutorías.
- Utiliza herramientas que te ayuden a organizarte. Lleva una libreta para tomar nota de cuáles son tus tareas, incluye una lista de los libros y el material que deberás llevar a tu casa para realizarlas. Apunta las clases, las actividades extracurriculares y otras obligaciones en una agenda para no olvidarlas. Si utilizas una agenda, también podrás evitar tomar decisiones impulsivas sin la necesaria planificación: si programaste comenzar la tarea a las 4:30, sabrás que no es una buena idea ir con tu novia a ver una práctica de fútbol a las 4:00. Los hábitos de organización que desarrolles ahora te serán muy útiles en el futuro. Aun las personas que no sufren de TDAH descubren que necesitan de ellos cuando comienzan a trabajar; entonces, ¡estarás adelantado!
- Haz mucho ejercicio. Los estudios comienzan a demostrar que el ejercicio puede ayudar a las personas con TDAH. Si te sientes acelerado durante la escuela, habla con tu maestra para tomar pequeños recesos en los que puedas realizar alguna actividad física. De esta manera, te resultará más fácil mantenerte concentrado en la clase. Toma frecuentes recesos para realizar actividad física cuando estés estudiando o haciendo tu tarea.
- Practica técnicas de relajación y meditación para relajarte y concentrarte.
- Hazle saber a tus amigos lo que está ocurriendo. A veces, cuando estamos con nuestros amigos, decimos cosas sin pensar y después lo lamentamos, o hacemos tonterías de manera impulsiva. Si te ocurre esto, dile a tus amigos que en ocasiones dices cosas sin pensar, discúlpate si heriste sus sentimientos e intenta tener más cuidado en el futuro.
Si sufres de TDAH, es natural que en ocasiones te sientas frustrado o incomprendido. Tal vez parezca que siempre pierdes tu tarea o que tienes dificultades para seguir las instrucciones de tus maestros, o quizá tengas problemas para entablar una amistad o llevarte bien con los demás integrantes de tu familia. Te será de ayuda aprender todo lo posible acerca del TDAH y buscar métodos que te permitan trabajar con todo tu potencial, tanto académica como socialmente. La buena noticia es que los médicos, los terapeutas y los maestros están constantemente aprendiendo más acerca del TDAH y comprenden mejor que nunca los desafíos que enfrentan las personas que lo padecen.
Fuente: consejoguia.com