Ahora que estamos en la época de calor, siempre queremos lucir un bronceado espectacular, sin embargo debemos ser muy cuidadosas para no dañar nuestra piel con quemaduras de mal gusto.
Para lograr un buen bronceado necesitas preparar y tratar tu piel antes, durante y después de la exposición al sol. Debes asegurarte de tomar las precauciones necesarias para lograr que tu bronceado sea saludable y deslumbrante.
Nada mejor que preparar nuestra piel desde adentro hacia fuera. Por eso, la alimentación es fundamental, ya que una alimentación rica en determinados elementos, contribuirá a que nuestra piel esté preparada y en condiciones de recibir los primeros rayos de sol.
Debemos preferir aquellas ricas en betacaroteno, una sustancia fundamental para fortalecer la autoprotección de la piel ya que favorece el bronceado y además lo prolonga, debido a que estimula la síntesis de melanina, que a su vez actúa como filtro natural de los rayos UV.
Entre los alimentos ricos en betacaroteno encontramos: la zanahoria, el perejil, el durazno, el mango, la papaya, el tomate, la calabaza, las espinacas y acelgas y el brócoli.
Otra sustancia fundamental que protege y prepara nuestra piel para la radiación solar, es la vitamina E. Esta la encontramos en el germen de trigo, el aceite de oliva y el de girasol, en los frutos secos, legumbres, aguacate y en los productos integrales.
La vitamina C tiene un fuerte poder antioxidante y además promueve la síntesis de colágeno, sustancia primordial para la salud de la piel. Esta la encuentras principalmente en los cítricos, como la naranja, el limón, la mandarina, el kiwi, los arándanos, el tomate y el pimiento.
Por último, la vitamina B es otro elemento que no puede faltar en tu dieta en verano. Fortalece la piel y el cabello y además potencia la producción de melanina. La obtienes en los lácteos, la levadura de cerveza, los vegetales verdes, las legumbres, las carnes y en los huevos.
Recuerda que los rayos solares y radiaciones UV pueden ocasionar graves daños en la piel, trata de no exponerte por largas horas ante el sol, siempre utiliza bronceadores con protector solar, si es posible, 30 minutos antes de la exposicion y reforzándolo cada media hora o después de haberte secado con la toalla.
Trata de no utilizar remedios caseros que pudieran dañar tu piel sin protegerla del sol. Elige el bronceador que se me adecue a tu tipo de piel.
La hidratación de la piel después del sol también es muy importante. Procura humectar tu piel todos los días después de la ducha, con una loción en base a aloe vera, aceite de almendras o germen de trigo, que son especialmente humectantes.
La vitamina E también es esencial en esta etapa, ya que previene el envejecimiento prematuro y repara los tejidos. Para después del bronceado aplícate un gel after sun de aloe vera, esto hidratará y descongestionará tu piel rápidamente.
Protege adecuadamente y luce una piel dorada y brillante.