Muchas mujeres sigue padeciendo en silencio esto trastorno que aparece al realizar cualquier actividad que suponga un aumento de la presión intra-abdominal toser, saltar, estornudar o levantar peso.
Estas fugas siempre son algo grave para quien las sufre, este problema aparece cuando los músculos pélvicos sobre los que descansan la uretra y la vejiga se debilitan y pierden su capacidad de suspensión.
Para la embarazadas aparece con el aumento del peso del útero es el responsable del problema. La buena noticia es que a muchas les desaparece la incontinencia al dar a luz.
A los pocos días del alumbramiento, puede aparecer una incontinencia urinaria que, si no se trata, se puede convertir en definitiva.
Al igual en las mujeres que practican atletismo ejercen una presión desmedida sobre esta zona. Lo ideal es que incluyan en su rutina ejercicios para el suelo pélvico.
Los casos en los que más se presenta es el cambio hormonal que provoca la menopausia y el debilitamiento de la musculatura se esconden detrás de la incontinencia a esta edad.
Lo más grave de todo esto es que solo una parte muy pequeña de las mujeres que padecen este trastorno 40% piden ayuda.
Algo que debe quedar muy claro es que cuando se asista con el médico en los primeros síntomas permitirá adoptar estrategias preventivas o tratamientos conservadores.
Sin embargo la mayoría calla por vergüenza, porque consideran que es algo normal a su edad o porque piensan que no se puede tratar. Sin embargo, todas estas ideas son falsas.
Una manera de evitar estas salidas de orina es ejercitar los músculos del suelo pélvico; acudir al baño de forma regular; despedirse del picante, la cafeína y la teína; dejar de fumar; controlar el peso y acudir a todas las revisiones ginecológicas.
Lo más conocido para tratar la incontinencia son los ejercicios de Kegel pero bajo la supervisión y tras el diagnóstico de un profesional.
La gimnasia abdominal hipopresiva se utiliza para trabajar de forma conjunta el periné, la respiración y los músculos abdominales, al contrario que los abdominales normales que solemos hacer en el gimnasio que no ejercitan los músculos pélvicos sino que, además, los presionan.
Al mismo tiempo, en este tipo de gimnasia se trabaja la corrección postural, porque requiere mucho control de la columna vertebral, se busca que las piernas estén bien colocadas, que la posición de los brazos sea la correcta.