Tú y tu esposo son la pareja ideal, se quieren y están muy unidos, tienen buenos trabajos, su casa es la envidia de muchos, están saludables y sus hijos son su mayor alegría. Pero en la intimidad de su recámara las cosas son muy distintas. Desde hace tiempo, el ardor que antes compartían y que los empujaba a los brazos del otro para amarse con ansia, ha dado paso a un cristal invisible pero palpable y frío que los mantiene separados, espalda con espalda, excusa tras excusa.
Su problema es la disminución o pérdida del deseo sexual, y también es el de muchas parejas que comprueban con angustia que la llama de pasión que los unía indomablemente, parece apagarse sin remedio.
Este fenómeno, que se da sobre todo en las mujeres pero también afecta a los hombres, puede deberse a factores biológicos, como el descenso hormonal debido a la edad o a una intervención quirúrgica, los cuales pueden aliviarse con terapias hormonales de reemplazo, que se administran con parches que se aplican sobre la piel y liberan pequeñas dosis de testosterona.
Pero la mayoría de las veces, la inapetencia sexual es provocada por problemas emocionales, como los conflictos entre la pareja, el aburrimiento o la rutina en las relaciones sexuales. En este caso los expertos te recomiendan acudir a todos los recursos disponibles para volver a encender el fuego sexual de sus brasas y cenizas.
Éstas son cuatro grandes recomendaciones de los psicólogos clínicos Miguel Costa y Ernesto López, autores del libro Cómo vencer la pereza sexual, para recuperar la pasión cuando en ti y tu pareja el deseo e interés sexual están declinando:
• Mejora tu atractivo. Si consideran que ya no necesitan conquistar a la pareja, dejan de hacer ese pequeño esfuerzo diario por resultarse atractivos y terminan por descuidar su aspecto físico, la higiene, el atuendo y la alimentación. En cambio, si te das cuenta de que tu propia pareja es una “especie en peligro” y puedes perderla porque crea atracción e interés en los demás, la empezarás a desear más. Una gran estrategia para que mantengan el deseo del otro es cuidar su propio atractivo, y esto lo logras mejor cuando eres una persona activa, independiente y socialmente agradable.
• Fomenta la variedad y la sorpresa. Cuando tú y tu pareja hacen lo mismo todos los días, a la misma hora y en el mismo lugar, rápidamente se acostumbran, por eso les conviene evitar la cotidianeidad y lo predecible. Para contrarrestarlos, tienen que introducir novedad y sorpresas emocionantes, como una cita "prometedora" en un lugar imprevisto, decirle "te deseo" cuando él menos se lo espera, una llamada insinuante, una caricia atrevida y espontánea.
• Recupera las actividades emocionantes. Cuando tu relación se estabiliza, puede aparecer el adormecimiento del deseo sexual. Sin embargo, la pérdida del deseo se produce sobre todo porque con el paso del tiempo se dejan de hacer cosas que antes se hacían. Entonces les conviene retomar los impulsos que en el pasado les resultaron excitantes, como salir solos, ir a bailar, tener detalles como regalarse una flor, viajar juntos, tener una cena íntima, usar un perfume de otros tiempos o escuchar la música que oían en sus encuentros sexuales más apasionados.
• Prepara el escenario. Los problemas sexuales están estrechamente ligados a los lugares donde se lleva a cabo el sexo. Por eso es importante que primero identifiques qué elementos apagan su deseo y así descartarlos. Luego debes identificar qué contexto los excita a los dos y entonces favorécelo. También pueden reavivar el interés perdido, si al escenario habitual de la relación sexual le introducen elementos nuevos y distintos; la música, luces, fotos, sonidos o perfumes pueden ayudarlos a salir de la anestesia y revivir las ganas.