Los sueños de los niños muchas veces presentan algunos trastornos como los más frecuentes la ansiedad antes de acostarse, las pesadillas, los despertares en mitad de la noche, insistir en dormir con los padres o incluso orinarse en la cama, son solo algunos de los que presentan hasta el 30 % de los niños, y que pueden prevenirse con unas sencillas pautas: dormir es un hábito, y como tal, los niños han de aprenderlo, de la misma manera que les enseñamos a comer o a hablar.
Para nosotros los padres es importante que debemos reconocer estos problemas y tratarlos con rapidez ya de no ser así estos hábitos pueden prolongarse hasta la adolescencia interfiriendo directamente en la rutina diaria de los niños
Para poder afrontar su día a día, se requiere de un refuerzo extra por parte de los niños ya que el déficit de sueño o la mala calidad del mismo pueden llegar a ocasionar cambios en su conducta, llegando a presentar hiperactividad, problemas para concentrarse o irritabilidad.
Aunque es fundamental consultar con un pediatra en caso de encontrarnos con un trastorno del sueño, existen numerosas medidas que los padres podemos tomar para mejorar en gran medida la calidad de vida de los niños:
- No debemos molestarnos si va a la mitad de la noche a nuestro cuarto, al contrario debemos motivarlo a regresar a su cuarto con buena actitud
- El dormitorio debe ser un lugar tranquilo y oscuro, con una temperatura templada adecuada, ya que tanto el calor como el frío dificultan que el niño concilie el sueño.
- La actividad física antes de dormir puede ser contraproducente, un buen baño o un vaso de leche caliente pueden servir como relajantes en su lugar.
- Las cenas deben ser algo ligero, debemos evitar el chocolate o bebidas gaseosas, antes de dormir es mejor escuchar un poco de música y evitar videojuegos.