Brincolines y casas inflables son peligrosas para los niños

 

Según un estudio las casas inflables y brincoles pueden causar lesiones musculares a los niños

Estos juegos muy populares son muy divertidos para los niños, pero también son fuente de un alarmante número de lesiones infantiles.

Autoridades de salud han advertido sobre los riesgos de permitir a los niños saltar estilo trampolín dentro de estructuras inflables.

El aumento de lesiones se ha visto incrementado en los últimos años. La edad promedio de los pacientes era de 7.5 años, y las lesiones más comunes fueron fracturas (un 28 por ciento) y esguinces o torceduras (un 27 por ciento).

Las conmociones y las cortaduras eran más comunes entre los chicos que entre las chicas, y un tres por ciento de los niños lesionados ameritaron hospitalización u observación.

Las lesiones ocurrían después de caídas a veces cuando un niño caía sobre otro o choques. En algunos casos, los niños se fracturaron el antebrazo mientras trataban de evitar una caída. Los accidentes ocurrían con la mayor frecuencia en centros deportivos, recreativos o en casa de alguien.

El potencial de lesiones más graves es alto cuando los niños intentan realizar acrobacias, o si un niño o niños grandes tiran a uno más pequeño, las lesiones mas fuertes de pueden presentar en las vértebras cervicales y parálisis cuando un niño salta de cabeza y aterriza sobre la cabeza.

Los papas debemos vigilar a nuestros niños si van a jugar en casas inflables, permitir subirse solo a los pequeños que tengan por lo menos seis años de edad.

Un adulto debe siempre supervisar la actividad, y permitir que entre un solo niño a la vez. Si eso no es posible, los niños deben ser de tamaños y edades similares.

Mientras tanto, los fabricantes deben buscar formas de hacer que las casas inflables sean más seguras.

Los brincolines, son divertidos y pueden ser seguros si se usan de forma adecuada, sin embargo, no se puede exagerar la importancia de las medidas preventivas para que este entretenimiento sea seguro.

Dado que los niños son los usuarios finales y que las compañías generalmente no proveen supervisión para las casas inflables, la responsabilidad de la seguridad recae, en última instancia, sobre los padres