Cuando son pequeños los niños parte de su desarrollo es las dificultades que tienen para expresarse con fluidez, ya que el periodo de desarrollo del lenguaje aún no se ha completado.

En algunas ocasiones los pequeños presentan problemas de tartamudez, que en la mayoría de los casos se pueden solucionar, ya que solamente el 1% de los niños que la sufren lo hacen de manera crónica.

Los padres debemos estar observando sin dar una importancia excesiva a este hecho, de esa forma evitarán que el niño se sienta incómodo e inseguro a la hora de expresarse, algo que podría aumentar su nivel de tartamudez.

Cuando los niños todavía son muy pequeños no debemos darle importancia y no presionar al niño en ningún momento, si son mayores ya entra en juego un componente psicológico que se debe trabajar con la ayuda de un profesional.

Debemos evitar catalogar la situación la palabra tartamudez, generalmente los niños no comprenden su significado y puede resultarles un término desagradable, que puede sustituirse fácilmente por otros que le resulten mucho más familiares.

Se aconseja que el ambiente debe ser tranquilo, dejarle hablar y nunca anticiparse a lo que quiere decir sobretodo tenerles paciencia y no estresarse por el proceso del pequeño el cual es completamente normal.

A los pequeños se les debe dejar libremente expresarse y aprender a tolerar este proceso sin decirle que hable tranquilo o mas despacio ya que estas pautas le pueden generar mayor ansiedad y por lo tanto aumentar la tartamudez.

La tartamudez, en la mayoría de los casos, tiene un componente psicológico, si mientras hablamos con el niño, éste se da cuenta de que le prestamos demasiada atención a sus bloqueos aumentará la tartamudez y los problemas de fluidez.

Resulta muy importante que no se terminen las frases del niño cuando éste comienza a tartamudear, los padres deben mantener el contacto visual de forma constante con los pequeños y no interrumpirles, sino dejar que terminen para aumentar la seguridad en sí mismos.

En caso de que la tartamudez persista en el tiempo es recomendable acudir a un especialista en logopedia para que pueda valorar al niño y ofrecerle la ayuda necesaria para superar el problema.