Según estudios el insomnio se refiere a la incapacidad de dormirse o permanecer dormido durante un periodo de tiempo determinado. Esto puede causar un cansancio crónico que afecta negativamente a nuestra vida diaria.
Es normal que algunas veces tengamos problemas para dormir en un momento u otro de su vida. Ya sea por estrés, depresión o las múltiples preocupaciones del día a día son causas bien conocidas del insomnio. La enfermedad es otra causa posible, especialmente si hay dolor o molestias.
Y es que asamos una gran parte de nuestra vida durmiendo. Cuando es pequeño se la mayor parte de esa etapa dormimos.
Los jóvenes y los adolescentes duermen alrededor de ocho o nueve horas cada noche, mientras que la mayoría de los adultos puede dormir entre siete u ocho horas, a veces menos.
Muchas personas mayores necesitan menos horas aún, quizá cinco o seis y también tienden a tener un sueño más ligero. Según estudio esto es provocado a que lleven una vida relativamente inactiva
La mayoría de las personas pueden superar el insomnio siguiendo los consejos anteriores. Si aun así no ve solución al tema, consulte a su médico general.
- Un baño caliente antes de irse a la cama puede ayudarle.
- Intente no comer mucho antes de irse a la cama.
- Reduzca las bebidas que contienen cafeína (café, té, cacao y colas) especialmente a última hora de la tarde.
- Asegúrese de tener una cama confortable. El dormitorio debe estar bien ventilado y fresco, así como tan oscuro y tranquilo como sea posible.
- No se vaya a la cama hasta que se sienta cansado.
- El sexo justo antes de irse a la cama puede tanto fomentar como dificultar el sueño. Los hombres pueden dormir bien después del sexo mientras que muchas mujeres se desvelan.
- Lea un libro hasta que se sienta adormilado. Levántese de nuevo si no puede dormirse en media hora. Siéntese, lea el periódico, escuche música y vuelva a la cama media hora más tarde.
- Levántese todas las mañanas a la misma hora.
Existen muchos tipos de somníferos disponibles. Sin embargo, es importante no usar las pastillas para dormir con demasiada frecuencia. Con ellas, el cuerpo se vuelve dependiente de la medicación y es posible que encuentre muy difícil el dejar de tomarla.
También puede necesitar cada vez mayores dosis para lograr el mismo efecto deseado, porque su cuerpo se vuelve tolerante, es decir pide una dosis mayor de la sustancia para que se provoque el mismo efecto. También le pueden dejar una sensación de modorra y letargo por las mañanas.