Según estudios de especialistas explicó que la conducta sexual estimula un área cerebral específica que tiene que ver con el centro del placer.
Destacó que dicha zona del cerebro humano también está involucrada en la regulación de conductas relacionadas con la satisfacción de ciertas necesidades como ingerir agua o alimento.
En los humanos estas actividades resultan placenteras porque constituyen un mecanismo de la naturaleza para asegurar su repetición, pues son esenciales para la supervivencia, en los roedores la actividad sexual responde a una conducta evolutiva e instintiva de reproducción.
Comentó que trabajar con el modelo de saciedad sexual en los roedores sirve para entender algunos de los cambios que sufre el cerebro por el consumo de las drogas y permite estudiar las disfunciones sexuales humanas generadas por alteraciones en el funcionamiento cerebral.
Sobre todo las que interfieren con la expresión de la conducta sexual y que no están relacionadas con una incapacidad para ejecutarla, como sucede con los problemas de disfunción eréctil o eyaculatoria.
Indicó que a diferencia de los roedores, en el ser humano el fenómeno de la saciedad sexual no existe, porque la parte instintiva de la interacción interviene poco.
En cambio, en los humanos se presenta otro fenómeno denominado satisfacción sexual, que se logra cuando se alcanza un orgasmo, aquí es el objetivo importante y no la reproducción, es decir se realiza por motivos placenteros, señaló.
Sin embargo, indicó, con frecuencia la satisfacción sexual humana no se logra, pero esto se debe a diferentes causas que pueden ser de orden fisiológico, porque no haya un funcionamiento adecuado de los reflejos de erección y de eyaculación.
También pueden interviene problemas de orden psicológico que no le permiten al individuo alcanzar el clímax, lo que puede generar frustración y una serie de problemas psíquicos o físicos.
Precisó que el fenómeno de la saciedad sexual esta descrita sólo para el género masculino, pues el indicador a analizar es la eyaculación, mientras que casi toda la información sobre las disfunciones sexuales femeninas se basa en lo que las pacientes refieren.