Muchas peleas en el matrimonio son causadas por la madre de tu cónyuge. Generalmente cuando se habla de suegras, escuchamos a los hombres quejarse con más regularidad que las mujeres, pero el desafío es el mismo para ambos.
Y es que cuando nos casamos a los padres les cuesta entender que su hijo lleva una vida independiente y que es su pareja la persona responsable de discutir con él los diferentes problemas que surjan.
El problema es más comun cuando la mama del hombre entra en conflicto con la esposa; hijos muy sobreprotegidos por la madre sufren a diario las presiones de ésta y de su pareja por intentar mantener su interés, es un campo de batalla y una guerra por conseguir ser la primera entre las dos luchadoras.El hijo es el encargado de dictar las normas, las cosas dichas en el momento oportuno evitan discusiones posteriores y resentimientos.
Cada una de las partes debe tener claro su papel y no querer acaparar todo el protagonismo, a veces es una necesidad de cariño la que hace que suegra y nuera se enfrenten, ambas necesitan el cariño del hijo y las dos luchan por conseguirle, sin darse cuenta que el mejor camino es mantener sus límites y aceptar su parte del pastel.
Seguiremos unas reglas básicas de comunicación, no usaremos insultos hacia la familia política, tengamos en cuenta que son sus padres a pesar de todo.
Utilizaremos un lenguaje tranquilo, e intentaremos buscar soluciones que nos reconforten a los dos. Mantendremos un buen trato con la suegra, la discusión de hoy no servirá para no hablarnos mañana. Aunque resulte difícil, déjala con cara de susto cuando te presentes al día siguiente con algún detalle o con algo imprevisto no lo esperará y entenderá que no has dado valor a las palabras de ayer.
A menudo los mayores conflictos se producen porque ambas partes se comportan igual. Interésate por sus cosas y valora sus preocupaciones y problemas, no te verá como a una rival.
Muchas veces nos encontramos ante unos padres que nos hacen sentir culpables por haberles abandonado, por no hacerles caso, por no devolverles lo que hicieron por nosotros, etc.
Desde pequeños hemos sido programados bajo estos esquemas como: “mi madre es la mejor y siempre tiene razón”, “sólo quiere ayudarme”, “mi pareja no la entiende porque no es su madre”, “a mis padres les debo todo”,” tengo que pagarles lo que han hecho por mí”, etc.
Detrás de todas estas frases va una obligación adquirida que nos impide ser coherentes en las distintas situaciones. Actuamos llevados por la obligación y no por lo que realmente deseamos, con lo cual estaremos insatisfechos a pesar de todo.
Los hechos que realicemos ayudarán a tener contentos a nuestros padres, pero no a nosotros mismos y a nuestras parejas.
No permitas nunca que las decisiones de tu hogar sean tomadas por personas ajenas a él, no sirve el que tengan más experiencia o el que ya lo haya vivido, solo tú y tu pareja son los encargados de decidir y de equivocarse si hace falta.
Recuerden que ustedes son los encargados de que la suegra o quien sea no se meta en sus cosas, sean cuales sean las características de la suegra en cuestión siempre se puede controlar su actitud.
Deben mantenerse unidos y ser cómplices para defender su intimidad, no contar todo a los demás,
Pon límites a los padres también es importante, deben aplicar las mismas normas que se utilizan cuando ponemos límites a los niños. Por ejemplo, no pueden venir a casa sin avisar, no pueden entrar en casa y disponer todo como si fuera la suya.
Lo más importante es que nunca pierdas de vista que tú y tu pareja es ahora una nueva familia y no deben permitir que nadie lo eche a perder, deben proteger su espacio.